martes, 7 de agosto de 2007

la historia del PRI



HISTORIA DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL
Bajo el régimen de Porfirio Díaz (1877-1911) México había logrado altas tasas de crecimiento económico, pero ello a costa de un inequitativo reparto de la riqueza y de una creciente dependencia hacia el exterior.La caída de Díaz fue originada por un enfrentamiento armado, la Revolución Mexicana, que culminó con la promulgación de la Constitución de 1917, la más avanzada en su tiempo, pues fue la primera del mundo en incorporar disposiciones de contenido social.
Al terminar la segunda década del siglo, México se encontraba en una situación bastante precaria después de la prolongada lucha armada. En la esfera política, los distintos ejércitos estaban lidereados por caudillos que habían defendido distintos intereses y mantenían compromisos con las regiones, tropas y personajes que habían patrocinado sus operaciones militares. Los débiles hilos que sostenían el pacto nacional no eran capaces de promover las tareas de reconstrucción económica, la búsqueda de soluciones que permitieran una transición pacífica del poder y evitar el riesgo de inestabilidad en las nacientes instituciones de la República.
La pobreza generalizada en el país, severos problemas financieros con el exterior y la existencia de caudillos poderosos, hicieron necesaria la definición de un frente político que previniera la posibilidad de un nuevo golpe de Estado, de otra asonada o levantamiento, como la rebelión delahuertista en 1924, la rebelión de Serrano en 1927 o la guerra cristera en 1929.
El primero de diciembre de 1928 se firmó el Manifiesto del Comité Organizador del Partido Nacional Revolucionario (PNR), mediante el cual el General Plutarco Elías Calles invitaba a "todos los partidos, agrupaciones y organizaciones políticas de la República, de credo y tendencia revolucionaria, para unirse y formar el Partido Nacional Revolucionario".
El 4 de marzo de 1929 se fundó el PNR. El nuevo partido fue el marco para la integración y organización de las facciones de la Revolución en un solo organismo político y aseguró el cumplimiento del principio revolucionario de la no reelección y la continuidad de los programas de gobierno.
El sistema de partido preponderante puso fin a la endémica anarquía política y le dio a México una sólida estabilidad política; en adelante la lucha por el poder se desarrollaría al interior del PNR.
El partido, junto al fortalecimiento de un régimen presidencial capaz de aglutinar a los más diversos sectores del México de ese tiempo, constituyó una solución política que acabó con el dilema entre los sistemas dictatoriales y la anarquía tradicional.
En lo sucesivo, los gobiernos emanados de la Revolución derivaron su legitimidad en el consenso de las distintas fuerzas políticas y en la continuidad de los programas de gobierno, sustentados en principios tales como el desarrollo económico; la justicia social; la reforma agraria; la protección de los derechos de los trabajadores; la educación gratuita para todos; la disciplina de las fuerzas armadas al poder civil; el continuo ensanchamiento de las libertades políticas y, entre otras, la afirmación de la independencia de la nación frente al exterior.
Así, durante los veinte años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, México mantuvo --en contraste con América Latina‹ un crecimiento económico sostenido, del 6% anual en promedio, y resolvió a través del consenso mayoritario la lucha por el poder.
El partido fundado por Calles gobernó sin suspender las garantías constitucionales, sosteniendo siempre la vigencia del orden legal derivado de la Constitución de 1917; este es un hecho notable en el mundo, siendo las únicas excepciones las naciones europeas que no han tenido más de tres Constituciones en el Siglo XX.
Los gobiernos del PRI han impedido los golpes de Estado y desde 1946 han sostenido a regímenes civiles; ningún país en América tiene este expediente. Los regímenes surgidos del PRI han realizado una defensa sólida de la soberanía e independencia del Estado en el contexto internacional, basada en principios históricos que han apuntalado la presencia y prestigio de México en los escenarios internacionales.
Como fundamento de la estabilidad política, y en respuesta a la evolución de una sociedad más demandante, plural y participativa, tras sucesivas reformas político-electoralesel PRI garantizó el fortalecimiento de las instituciones y logró encauzar la pluralidad política y social a través del perfeccionamiento del régimen de partidos. A partir de los setenta, el PRI ha transitado de ser partido único a partido hegemónico, y hoy es el partido mayoritario y el único con presencia nacional.
En 1994, a pesar de los rezagos económicos acumulados, de una vulnerable situación financiera, la irrupción de un grupo armado en Chiapas y una presencia más amplia de los partidos opositores al PRI en los gobiernos estatales, municipales y locales, México logró la hazaña ­en las elecciones más competidas de la historia de la nación-, que los ciudadanos acudieran en un 78% del padrón electoral a las urnas, en paz y en libertad.
Se desligaron así los destinos de la Revolución Mexicana en su etapa de jefes militares de las actividades y la fuerza personal de los prohombres, y con la nueva fórmula se dio cauce al impulso de las instituciones, principios y programas derivados del movimiento armado y de la Constitución de 1917.
Años más tarde, el 30 de marzo de 1938, el Presidente Lázaro Cárdenas lanzó la declaración formal de la Asamblea Nacional Constitutiva del Partido de la Revolución Mexicana (PRM) que sustituiría al PNR. Con esa iniciativa se garantizó el liderazgo del Presidente en turno dentro en el partido; se le dotó además de una nueva orientación ideológica y se apuntalaron los mecanismos de participación política mediante la sectorización de sus bases de apoyo, emergiendo así los sectores obrero, campesino y militar.
La nueva estabilidad política no se logró mediante el uso de la fuerza. En el mismo año de su fundación, el PRI compitió con 60 partidos registrados. El triunfo de Alemán inauguró la etapa de Presidentes civiles en la historia del país. Muchos países de América Latina necesitaron más de cuatro décadas para lograr sustituir a los regímenes militares por gobiernos civiles.
El 18 de enero de 1946 tuvo lugar la Segunda Gran Convención del Partido de la Revolución Mexicana, que dio lugar a su transformación como Partido Revolucionario Institucional, designándose como primer presidente del Comité Central Ejecutivo a Rafael Pascasio Gamboa.
El PRI, desde entonces, quedó únicamente constituido por los sectores agrario, obrero y popular, y adoptó el lema "Democracia y Justicia Social". Días después rindió su protesta Miguel Alemán Velasco como candidato del PRI a la Presidencia de la República.
El sistema presidencial y el PRI no han sobrevivido 70 años porque hayan sometido a un México pasivo a décadas de gobierno autoritario, sino porque reflejan la fuerza y la debilidad, las virtudes y los defectos de los propios mexicanos: combinan un sentido ritualista de lo jerárquico con una enorme capacidad de negociación.
Por consiguiente, el sistema político ha requerido de un mantenimiento constante y una renovación frecuente.
El Presidente en funciones, Ernesto Zedillo, frente al impulso democratizador, dentro y fuera del priísmo, renunció a su capacidad metaconstitucional de designar a su sucesor. Culminó con ello una larga tradición en la que a través de mecanismos conocidos como el "dedazo" o el "tapadismo", el Presidente en turno no sólo elegía a su sucesor sino vulneraba el papel protagónico que, como a todo partido político, le correspondía al PRI.
Actualmente, El PRI se embarcó en un proceso inédito: el desarrollo de un proceso interno de selección de su candidato a la Presidencia. Se realizó una amplia consulta nacional para definir el método de selección (consulta abierta) de cuatro aspirantes (Manuel Bartlett, Francisco Labastida, Roberto Madrazo y Humberto Roque). El proceso incluyó no sólo una campaña interna de tres meses (de agosto a octubre), sino el establecimiento de reglas específicas para la contienda (como topes a los gastos), mecanismos para la solución de controversias y un sistema que permitió que no sólo fueran los militantes del partido, sino la ciudadanía en general, la que a través del voto directo y secreto eligiera a su candidato a la Presidencia.
El 7 de Noviembre de 1999 se realizó la consulta interna en la cual votaron 9,722,576 mexicanos en casi 65 mil mesas receptoras del voto instaladas en todo el país, resultando triunfador Francisco Labastida Ochoa.La dinámica actual, pese a la intensa competencia entre los partidos y los candidatos de oposición, acredita que si hoy fueran las elecciones presidenciales 44% de los mexicanos votaría por el PRI, 38% por el PAN, partido conservador que constituye la segunda fuerza política en el país, y un 16% por el PRD, organización que aglutina a las izquierdas tradicionales y radicales, y que sin embargo ha encontrado en los cuadros formados en el PRI a sus mejores cartas políticas y electorales.